el laberinto comienza con la primera bocanada
con el aire violando tus pulmones
[ Peso 3,258 kg - 46 cms - ojos negros
libra ascendente aries - 136 lunares
hablará alto - mirada fija - 2 hijos
6 ciudades - sin estudios superiores
muerte por posible fallo hepático ]
todo se amontona
se acumula pesa
se rompe
el olor de la cocina de tu madre
y espiar a los árboles bailando
y encontrarla y hablar hasta la madrugada
y dudar de si va a salir el sol
y el baño blanco con un espejo blanco con un conejo blanco
y las estaciones vacías sin ni una persona ni una luna
y lo exquisito de aquel vino
lo imparable de la erosión en el estomago lleno de noche
y tus padres muriendo en el recuerdo en el que los has abandonado
y las habitaciones vacías contigo dentro
contigo dentro y vacías
(y Dios en alguna parte)
la simetría entre tus desengaños y tus miedos.
el perfecto equilibrio en todo lo que está sin estar.
"Lo lamento, su perfil no coincide con las características
requeridas para el puesto vacante, aún así le comunico que
será tenido en cuenta para futuros procesos de selección."
¿procesos de selección?
procesos de selección.
procesos de separación.
separación.
separación de basura.
basura.
no olvides cultivar tu conciencia
social y ecológicamente correcta.
[Todos piensan que podía haber tomado otros caminos
yo también.
Que podía haber cultivado este humo con otro vodka.
Haber follado este silencio hasta todas las gargantas abiertas
y romper la geometría oculta de las raíces bien asentadas.
agarradas a algo.
yo también lo creía.
hasta que llegaron tus piernas
y la calma
la puta calma pegajosa que llevas en la retina.
en cualquier gesto que se te cae a cada momento.
y la forma que tiene la gente de mirarte
que es como la luz que esconde la noche
imperceptible
pero yo me la bebo toda
bañada en toda
tu calma
en tu carne de cristal
yo también lo creía.]
la persona a la que llama está apagada o fuera de
tu vida.
el laberinto comienza con la primera bocanada
con el aire violando tus pulmones
termina cuando te das cuenta
que nadie te prestó una madeja de
hilo